Santo Tomás reflexiona en la disputa número 11 sobre el texto de San Agustín de Hipona que lleva el mismo título: Sobre el maestro. Fue escrito cuando impartía su segundo año como docente en la Universidad de París. Su contenido mezcla una serie de reflexiones pedagógicas desde un marco teológico, en efecto, muchas de sus afirmaciones tienen fuertes implicaciones tanto epistemológicas y antropológicas, como ontológicas. Primeramente se dedica a la cuestión de si otro hombre puede ser llamado maestro por el hecho de enseñarle a otro, o si más bien sólo Dios es merecedor de este título. Seguidamente, se pregunta en qué medida alguien puede ser llamado maestro de sí mismo, para pasar al problema de los ángeles, si estos pueden enseñarle algo a los seres humanos. Finalmente, cierra con una cuestión sobre la naturaleza del acto de enseñar del maestro, puntualmente si es una actividad contemplativa o activa (pragmática).